Cusqueño que viaja con bandera del Tahuantinsuyo tuvo que guardar su emblema en el Morro de Arica
Frustración en el Morro
Carabineros chilenos prohibieron a expedicionarios de Ruta Inka lucir cualquier bandera de otro país.
Lenin Ttupa Uscamayta es un cusqueño de 22 años que nunca se separa de sus banderas. Desde que empezó la Ruta Inka, lo vi caminando con el emblema colorido del Tahuantinsuyo en la diestra y la rojiblanca en la siniestra. Una relación íntima que hoy fue vulnerada en el histórico Morro de Arica, lugar donde paradójicamente flamea una gigantesca bandera chilena.
Mientras que la gran mayoría de los expedicionarios carga botellas de agua, pequeños bolsos o frutas para saciar el hambre o la sed, Lenin lleva sus banderas y las agita con fuerza y orgullo. En los cerros o en los llanos, en las ciudades o los pueblitos, en las plazuelas o los jirones, allí, donde la Ruta Inka pone un pie, Lenin planta sus banderas. Y no lo hace por loco o por pretender ser observado, como anhelando ser el punto de atracción. Lenin es estudiante de Turismo de la Universidad San Antonio Abad del Cusco y antes de emprender el viaje se trazó la meta de lucir las banderas del Imperio de Los Incas y del Perú en cada lugar que visite, hermanando así a los pueblos que algún día formaron parte del gran imperio que se dirigía desde el ‘Ombligo del Mundo’ y, de alguna manera, desde nuestro país.
Entonces, durante el recorrido en Tiwanaku, La Paz, Copacabana, el Nevado Sajama y el Salar de Uyuni, todos puntos bolivianos, así como en el turístico pueblo de San Pedro de Atacama (Chile), el cusqueño flameó con orgullo sus emblemas. Ningún expedicionario, poblador o militar lo pudo detener. Incluso, algunos le dijeron que estaba llevando en lo alto la bandera de los gays (este gremio utiliza el mismo emblema del Tahuantinsuyo), pero él no los escuchó y siguió adelante, corriendo o caminando, con su extraña pero original empresa.
Todo le fue bien a Lenin hasta hoy. Al amanecer, la ruta llegó a la fronteriza Arica. El puerto aún dormía cuando los más de 100 aventureros tomamos por ‘asalto’ la Piscina Olímpica, y plantamos nuestras carpas para la noche. Lenin, en aquel momento, ya había decidido realizar tal vez la máxima proeza de todo el viaje: plantar la bandera del Tahuantinsuyo en el Morro de Arica, un lugar tan importante para Perú como para Chile, con la finalidad de –en cierta forma– hermanar a ambos países con el emblema de sus antepasados, los Incas. No se trataba de una provocación, más bien de un acto que fomente la unión cultural de los pueblos. Por desgracia, los carabineros (policía chilena) no lo entendieron así.
Cuando eran cerca de la 1 de la tarde, la Ruta Inka llegó al Morro de Arica. Cañones, placas de bronce, un mirador con vista hacia el ordenado y moderno Puerto de Arica y un museo donde se muestran las armas y los uniformes de peruanos y chilenos caídos en batalla, lucían bajo el inmenso emblema nacional del país sureño, que de tan grande tuvo que ser agujereado adrede para que el viento no lo destruya. Lenin descendió del bus, observó el lugar como quien llega al paraíso o está a punto de concretar una hazaña. Como casi todos los días, llevaba puestos sus llanques, shorts, la polera de Ruta Inka y una cuerda roja atada al cuello. Lenin desenrolló al mismo tiempo sus banderas. El viento apenas logró hondear el emblema de su imperio cuando, como si lo hubieran estado vigilando con cámaras y como si hubieran adivinado sus intenciones, dos carabineros detuvieron sus motocicletas en frente de él y frustraron su empresa. “Me dijeron que la ley prohibía lucir cualquier bandera que no sea de Chile en el Morro y me pidieron que las guarde”, me dijo algunos minutos luego, mientras llevaba entre brazos sus emblemas, pero enrollados.
“Esta ruta recorre el Camino Inca y desde que partí me tracé la meta de lucir mis banderas en cada punto, porque de alguna manera Chile, Bolivia, Ecuador, Colombia, parte de Argentina y Perú estamos unidos por el Cusco, que en su tiempo fue el centro o el núcleo del gran Imperio Incaico. Fue un reto personal y en ningún momento quise provocar a las autoridades”, agregó el cusqueño.
Los carabineros explicaron que, desde hace algunos años, se prohibió lucir banderas que no sean chilenas en el Morro, ya que algunas personas con un nacionalismo errado, llegaron a quitar y quemar el símbolo chileno, para luego izar el suyo. “Yo acepté esto, porque lo ordena la ley, y lo respeto. Sin embargo, creo que para evitar problemas de este tipo, y como el Morro es un hito importante para Perú y Chile, allí debería flamear una bandera blanca, como señal de paz y fraternidad”, señaló Lenin, frente de la imagen de un Cristo con los brazos abiertos que existe en el Morro, y donde se puede leer un placa con el mensaje: “Amaos los unos a los otros, como yo os he amado”.Al descender del Morro, y mientras nos dirigíamos en bus al lugar donde almorzaríamos, observé que Arica está llena de banderas chilenas, lo cual me hizo pensar en que tal vez los gobernantes de este país (el pueblo nada tiene que ver en esto, pues es súper amable) aún no pueden creer que ganaron la guerra y que se quedaron con Arica; que el Morro es de ellos y que ya nadie se lo quitará. No lo sé. Tal vez sólo veo las cosas de esta manera por ser un peruano que visita una tierra perdida. No lo sé…
2 comentarios:
Lenin Ttupa Uscamayta que nombre de macaco!!! por favor..........como alguien se peude llamar asi!!!!!! es un ser humnao!!
increible,,, lo que son estos simios.... y mas encima el cholo simio de Lenin Ttupa Uscamaytaqueria lelvar sus trapos sucios...lamados bandera de peru al morro de arica...se nota es simioooo.... mirenle la cara , el nombre y las imbecildiades qeu queire hacer---- a padas en el culo lo hubiera tirado yo al igual que lanzamos a un peruano del morro con caballo y todo!!!
Incluso, algunos le dijeron que estaba llevando en lo alto la bandera de los gays (este gremio utiliza el mismo emblema del Tahuantinsuyo),
lso perunos solo son simios acomplejados qeu odian a los chilenos, porque les recuerdan siempre lo que nunca podran ser....
El debate con sujetos tan mentecatos y corrientes como tú, cobarde anónimo y chileno imbécil, no sirven de nada. Sin embargo, los lectores seguramente sacarán sus conclusiones.
Pier Barakat.
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