viernes, abril 26, 2013


Directora del Centro Educativo Especial Parroquial Santo Toribio de Florencia de Mora:
“Lo último que quiero es que los niños den lástima”

María Viñas Adrianzén dirige hace siete años un centro gratuito para niños y jóvenes con retardo mental, autismo, parálisis cerebral, Síndrome de Down y sordera total o parcial. Es soltera y los segundos domingos de mayo nadie la felicita. Sin embargo, ha traído más vidas a este mundo que cualquier madre que recibe rosas y tarjetas. Ella es la “madre” de sus 150 alumnos.

–¿Cuánto tiempo llevas trabajando con niños especiales?
–Yo primero fui maestra de educación inicial y después de siete años pasé al área especial porque pensé que aquí debía estar. Era directora del jardín regular 1578 y renuncié para trabajar como profesora en el Santo Toribio de Florencia de Mora. Eso ocurrió hace 20 años.

–¿Qué es lo más impactante que has visto o escuchado todo en este tiempo?
–Ufff, hay muchas historias. Cada caso es una historia. A veces me dicen: ‘señora, le regalo a mi hijo porque no puedo tenerlo’. Una vez, la madre de una alumna con Síndrome de Down quedó embarazada nuevamente y me dijo que iba a abortar para no tener otra hija igual. Yo le respondí: ¡Pero si su hija es maravillosa! Lo que sucede es que usted no acaba de aceptarla. Al final, la señora aceptó tener a su hija y que su otra pequeña continúe estudiando.

–¿Tu mayor satisfacción?
–Haber encontrado mi verdadero camino. Tener en claro que esta es mi vida. Yo creo que uno debe estar donde hace falta. Yo aquí soy feliz, solo que no me alcanza el tiempo.

–Imagino que la enseñanza en Santo Toribio no solo es para los niños, sino también para los padres…
–En efecto, nuestro compromiso no solo es instructivo, sino integral. Acá luchamos para que los padres respeten a sus hijos y la sociedad acepte la diversidad. Lo último que quiero es que ellos den lástima. Acá los preparamos para la vida, los tratamos como seres humanos dignos que son, y queremos que sean autónomos, productivos y felices.

–Es duro aceptarlo, pero la situación de las personas con discapacidad en Trujillo es terrible.
–Así es. En La Libertad existen unas 250 mil personas registradas con discapacidad, pero solo el 12% asiste a centros de educación especial. Pero hay muchos otros escondidos, que son la mayoría, considerados niños invisibles, pues sus familias se avergüenzan de ellos y los dejan en casa tras rejas, cerrojos y candados.

–Si eso ocurre en la costa, en la sierra debe ser mucho peor.
–En la sierra no se está haciendo nada y eso no es justo. Encontramos a muchos niños desprovistos de lo elemental, que es el respeto. Son personas maravillosas que sufren la no aceptación, el fácilmente decir si quiero lo mando al colegio, si no quiero, no.

–¿Si tuvieras al presidente Humala frente a ti, qué le pedirías?
–Que luche por la igualdad de oportunidades para todos los que formamos la familia peruana.

–¿Y qué le pedirías para el colegio Santo Toribio?
–Bueno, aquí en Florencia de Mora necesitamos crear una residencia alternativa para niños abandonados con discapacidad y para los que se quedan solos en casa cuando sus padres salen a trabajar. Tenemos 110 alumnos en espera, pero el colegio ya no tiene capacidad para atenderlos. Tendríamos que quitar las áreas verdes para construir aulas y eso afectaría la enseñanza. Es por eso que es urgente la construcción de una casa temporal.

–La ley estipula que los niños con retardo mental leve y moderado deben estar incluidos en la escuela regular. Eso implica que los maestros deben adaptar sus currículos. ¿Se está cumpliendo eso?
–Muy poco. En el ámbito nacional las cifras están en aumento, pero en La Libertad el número es muy bajo. Casi nada.

–Hay mucho por hacer…
–Yo quisiera llegar a todos los niños especiales. Prepararlos para que cuando cumplan 20 años y salgan del colegio puedan defenderse en la vida, puedan trabajar, puedan ser felices, y que no regresionen.


DATOS
-      El colegio Santo Toribio, de acción conjunta entre el Estado y la Iglesia Católica, fue fundado hace 27 años por la Misión Irlandesa.
-         El centro es gratuito y atiende a niños y jóvenes hasta los 20 años. Los chicos no so
lo asisten a clases especializadas y talleres de formación profesional sino que también reciben almuerzo todos los días.
-         Al no cobrar mensualidad, el plantel subsiste gracias a donaciones y venta de algunos productos.