jueves, setiembre 23, 2010

Crónica desde el sórdido Barrio Rojo de Ámsterdam, un sitio donde todo puede pasar

Sexo compro, sexo vendo, sexo arriendo

ÁMSTERDAM. El tren se detiene. El viaje fue largo pero confortable desde Maastricht (ciudad ubicada cerca de la frontera con Bélgica) ya que demoramos algunos minutos extras en Eindhoven, la ciudad donde jugaba la ‘Foquita’ Farfán. Acabo de llegar a Ámsterdam con mi novia, y después de atravesar una calle donde se celebraba una colorida fiesta gay, unas 20 mujeres casi desnudas me empiezan a hacer señas a través de cristales iluminados con farolas rojas. Estoy desorientado, miro a Alba y volteo hacia esas mujeres que muestran sus atributos físicos, y pienso, ¡qué novia tan comprensiva tengo!
El Barrio Rojo de la capital de los Países Bajos es un lugar recomendado para hombres con problemas de baja autoestima. Es similar a dar un paseo por los oscuros pasillos de venta de jugos del Mercado Central de Trujillo, con la ‘pequeña’ diferencia de que aquí las mujeres que lanzan piropos y hacen ojitos no llevan pañoletas en la cabeza ni tienen una mano apoyada en la cintura y la otra en una licuadora, sino que se encuentran metidas en escaparates que se pueden ver desde la calle, casi, casi, como Eva (y no precisamente te ofrecen beber extractos de piña o papaya).
El sol se va ocultando entre los edificios más altos y los canales románticos y destellantes de Ámsterdam, la ‘Venecia del Norte’, la ciudad que Ana Frank fisgoneaba por la noche entre los pliegues de las cortinas de la casa de atrás, su escondite familiar; la ciudad donde hay más bicicletas que habitantes, la ciudad del Ajax y de la Heineken, la ciudad que atrae cada año a millones de turistas de todo el mundo en busca de sexo, drogas y diversión desenfrenada y libre de miradas acusadoras. En Ámsterdam, la ciudad del famoso edificio-zapato del ING, con su millón y medio de habitantes, todo puede ocurrir.
Tañe la campana. La iglesia está cerca. El Barrio Rojo se encuentra envuelto en una atmósfera de humo de marihuana, hierba que por ley sólo se debería vender en mínimas dosis dentro de los coffeshops (donde también se ofrecen kekes y chupetines de marihuana), pero que en realidad se fuma –siempre clandestinamente– en cualquier lugar. Con Alba decidimos sentarnos a la sombra de un castaño que casualmente se encuentra frente a un escaparate donde se expone una jovencita blanca y rubia de unos 24 años en tanga y brassier. A su costado hay otra muchacha que llama la atención por su manera de conquistar a los hombres: los mira, les hace una señal con los dedos, se quiebra y se voltea (aunque no precisamente para mostrarles la espalda).
No han transcurrido ni cinco minutos y al menos han pasado frente a la vitrina unos 15 hombres con aparentes ganas de entrar pero que sólo han sonreído y han seguido su marcha. La pesca no está buena. Pero, ahora se detienen dos mozuelos de unos 18 años, o tal vez de menos (el acné les delata). La chica de la derecha se quiebra como pez en el agua y lanza el anzuelo. El muchacho lo piensa, ella lo sigue llamando, se exhibe; él sube un escalón, ella sonríe más y más. Ya cayó. Ella sale de su vitrina y abre la puerta. Los muchachos se despiden y el más avezado entra. La cortina se cierra. Cae el telón.
Imágenes como ésta se repiten por cientos cada día, a toda hora y sin pudor alguno. Aquí las prostitutas son como microempresarias, ya que para trabajar tienen que alquilar un escaparate, pagar impuestos y contratar una seguridad social privada. Todo está legalizado, pero regulado. Nadie las juzga, ya que la prostitución es una práctica que se remonta al siglo XII, cuando Ámsterdam era sólo un pequeño pueblo de pescadores.
Caminamos entre callejuelas y escaparates. Fiestas, alcohol, más olor a marihuana. La iglesia sigue tocando su campana como diciendo: aquí estoy. Los caminos no sólo tienen escaparates con mujeres, sino también una multitud de negocios que ofrecen todo tipo de aparatos y artilugios que superan a la ficción (sadomasoquismo, voyeurismo, películas pornográficas, aparatos de uso íntimo impulsados por pilas o baterías, etc.). Uno de ellos es ‘La casa del preservativo’. Entramos. Pienso en que ya hay poco que me pueda sorprender después de dar un corto paseo por el Barrio Rojo, pero no, aquí hay preservativos hasta con forma de picos de pato, con cabeza de jirafa, con melena de león o con uñitas de gato. Interesante lugar. Nos vamos.
¿Qué importa el qué dirán? Bajo el concepto del respeto mutuo, la tolerancia, el liberalismo, la diversidad, la mente abierta y la exaltación del hedonismo, Ámsterdam se ha convertido en el paraíso de quienes persiguen el placer en toda su dimensión. Todo es normal. Los niños caminan debajo de los escaparates rojos, los gays y las lesbianas van de la mano y se besan mientras empujan el coche con su bebé adoptado (o no), la gente baila en la calle… En fin. Todo es posible. ¿Qué esté bien o no? Eso queda en cada uno. Lo único cierto es que Ámsterdam es una de las ciudades más visitadas y culturales del mundo. Y la campana sigue sonando…

3 comentarios:

Admin dijo...

Hola Pier. Excelente descripción de la atractiva y libertina Amsterdam.Cuando yo la visite también quedé perpleja ante tanto libertinaje, pero con el paso de los días uno se va "acostumbrando" a ver ,lo que cómo dijiste, es la vida diaria en aquella ciudad. Tengo que decir que aunque me divertí mucho por aquellos lares, jamás se me pasaría por la cabeza vivir allí,pues sería como vivir en Sodoma y Gomorra y quizá peor ;)
Sigue así tan talentoso. Un saludo desde Barcelona.

Gusiland dijo...

Hola,AMS no es como la pintan esta llena de gente amable y linda, trabajadora y muy respetuada. T e lo digo porque he visitado Amstelveen mas de 250 veces en los ultimos 14yrs y simplemente no entre a ningina de las vitrinas o a los coffeshops, cuando quieras vamos y te muestro q es diferente, y Viajas gratis eso si nos encontramos en MIA, llama 1-786-246 3505, Gus

Mario dijo...

Desde hace rato estoy planeando un viaje por Europa y por eso me importa averiguar acerca de actividades y lugares que visitar en las principales ciudades Europeas. El año pasado pensaba hacer un viaje a buzios 2014 sin embargo me surgió esta chance de ir a Europa