martes, enero 08, 2008

Que Evo no hunda más a Bolivia

Días atrás tuve la suerte de visitar por lo menos cinco ciudades bolivianas, incluyendo La Paz. En mi plan de ruta primigenio estaba incluida Santa Cruz de la Sierra, pero un bloqueo en la carretera obligó a desviarme hacia Potosí y luego entrar al norte argentino. A pesar de esto, durante la semana que permanecí en este país del Altiplano tuve contacto con aquel mundo andino, descendiente Aymará e Inca que el cocalero y presidente boliviano, Evo Morales, pretende ‘reivindicar’ con un controvertido proyecto de refundación nacional.
Entre los planes del mandatario figura la promulgación de una nueva Constitución Política, que elimine a los terratenientes (o, como él dice, el latifundio) para distribuir las riquezas de los actuales adinerados entre los pobres (los económicamente menos favorecidos, como dicen los especialistas). Y en Bolivia estas personas son aquellos hombres de poncho y llanques y esas mujeres de polleras que ven a Evo como su salvador, como el hombre que les arrancará del alma las penas acumuladas durante siglos de opresión y derrotas.
Yo creo que lo único que Evo Morales está logrando es hundir más al país más pobre de Sudamérica, a ese país que no sabe aprovechar sus envidiables recursos naturales, a ese país donde el crecimiento del PIB no llega al 4 por ciento anual y, por último, a ese país donde aún se respiran aires belicistas que planean recuperar algún día los mares perdidos (los marinos bolivianos llevan en el hombro la bandera del mar cautivo –ojo, no perdido– ése que pertenece a Chile).
Evo Morales, para empezar, ha fracturado a Bolivia. Si antes de su mandato las provincias orientales de Santa Cruz de la Sierra, Tarija, Beni y Pando se consideraban un mundo aparte (tal vez integrantes de otra nación ajena a los ‘indios’ de La Paz), en la actualidad estas poblaciones se han rebelado al gobierno central con la redacción de estatutos de autonomía. Es decir, estas localidades (cuatro de las nueve regiones del país) ya no quieren saber nada de Evo Morales, de indígenas o de refundaciones nacionales.
Claro que, de por medio, figuran multimillonarios intereses. Basta mencionar que entre Santa Cruz de la Sierra, Tarija, Beni y Pando se genera casi la mitad del PBI nacional y que estas cuatro regiones son las mayores productoras de gas y derivados agrícolas y ganaderos del país (añadiéndole el potencial turístico que poseen).
Evo Morales, dentro de su concepción demagógica y populista, pretende ‘atacar’ a las localidades bolivianas que más han crecido en los últimos años para entregarle parte de sus riquezas a los pobres de la zona andina. ¿Acaso Evo no ha leído la historia del Perú posvelasquista? Los resultados son conocidos. Los campesinos no estuvieron preparados para gerenciar sus flamantes fábricas o fundos y, al final, el cooperativismo se transformó en una olla de grillos ladrones e individualistas que sólo pensaban en qué más sacarle a viejas haciendas o a los ingenios en vez de cómo contribuir para mejorar. La muestra del fracaso es que ahora ya casi todo ha regresado a manos privadas.
En estas condiciones, ¿qué empresa boliviana o extranjera se arriesgará a invertir en este país? Si el gobierno de un país no crea las condiciones de estabilidad política y económica, simplemente nadie invertirá allí. Y en una ciudad o un país donde no hay inversión, no hay trabajo. El mundo se paraliza, el atraso se enraíza y, para colmo de males, problemas sociales como la delincuencia, la drogadicción o el pandillaje pernicioso se multiplican.
Veamos al Trujillo de hace cinco años, sin los actuales malls, fábricas y construcciones. ¿Acaso los jóvenes tenían tantas oportunidades de trabajo como ahora? Nuestra ciudad, en su mayoría gracias a la inversión privada, es la que más crece del Perú y va camino a la modernización.
Pero con una Bolivia fracturada no sólo se avecina más pobreza y atraso, sino también un enfrentamiento entre regiones que, posiblemente, podría desencadenarse en violentas y lamentables luchas entre razas y clases sociales.
Lo que el mundo indígena necesita en Bolivia para ser reivindicado –si cabe el término de Evo– es, en primer lugar, mejorar su educación. Una educación orientada hacia la producción de cada región, que genere trabajadores preparados para el mundo moderno. Pero la educación en Bolivia va más allá. Es lamentable visitar la zona occidental de este país y toparse con una verdadera incultura generalizada. Desde una extraña y temerosa forma de hablar y mirar de los descendientes indígenas (que escasas veces dan razón acertada ante alguna pregunta de un foráneo), pasando por una precaria forma de convivencia basada en la informalidad extrema (ambulantes venden de todo a escasos metros de la Catedral de La Paz y del propio Palacio de Morales), hasta llegar a la suciedad, el desorden y el pésimo servicio que ofrecen al turismo (buses pestilentes y con insectos no son difíciles de encontrar).
La reivindicación del mundo indígena boliviano (clase racial que el propio Evo ha resucitado) no va por la fractura o divisionismo del país. Esto sólo se logrará cuando el gobierno promueva la educación, el trabajo, la salud y la mejora en las condiciones de vida. Pero, como van las cosas, don Evo Morales y sus ideas narco-cocaleras –escudado tras las pretensiones de un Hugo Chávez enemigo de la democracia– están descalabrando a este país milenario, con enorme potencial social y económico, que ahora duerme en la ignorancia y los intereses de sus mandatarios. Y en Perú, que reflexionen los humalistas.

2 comentarios:

Ivannia Villalobos dijo...

Un gusto saludarte Pierre!

He de decir que estoy en desacuerdo con varios puntos de las ideas de tu comentario.

Cuando pensamos en desarrollo, decime pues de qué estamos hablando? Estaremos hablando acaso de un desarrollo de multinacionales, franquicias, inversión extranjera, explotación turística, ambiental, etc, etc.

El desarrollo parte de un derecho a la cultura, sí, un derecho a la cultura, a la autodeterminación, a la autogestión, a definir como pueblos, como seres humanos qué tipo de vida queremos emprender...

No me apresuro a decir que las gestiones de Evo sean la panacea o sean el fin del mundo. Es un tema del que podríamos discutir horas de horas.

Lo que me hace recordar tus ideas son las realidades y mi experiencia de vida acá en Costa Rica.

Educar a los pueblos indígenas o construirnos y aprender mutuamente unos de otros? Yo me inclino por la segunda, aprendamos mutuamente, contribuyamos de la mejor manera que podamos para que nuestros hermanos y hermanas indígenas empobrecidos tengan mejores condiciones de acuerdo con su idiosincracia, visiones de mundo y autodeterminaciones.

El desarrollo no llega con un mall, un call center, una fábrica. El desarrollo es integral, son individuos e individuas involucrados en labores que generen libertad, autoestima. No donde exista explotación, miseria y subordinación al servicio de la clase política-económica nacional e internacional.

La cuestión acá no es si los indígenes tienen más derechos que los mestizos, que los blancos, que los afroamericanos, que los chinos, etc, etc... es que simplemente somos seres humanos y humanas viviendo en un mismo mundo (queramos o no). Se trata de que somos iguales a pesar de nuestras diferencias.

Se trata de no dar migajas; sino de compartir TODO. Desde la tierra, las cosechas, las telas, las sonrisas, los sueños, las utopías, las revoluciones, los emprendimientos liberalizadores...

Se trata de deconstruirse, de asumirse, de asumirnos, de trabajar (no en el sentido capitalista del término) en procesos que se gesten como proyectos de vida. Es la única forma de entender todo esto.

Es escuchar a la gente, dar herramientas a nuestras gentes, armarnos con ellos y ellas, armanos con conocimientos y con armas si fuera necesario, se trata de cuestionarnos todos los días que hay detrás de cada cosa (lo que dicen los medios, los empresarios, los políticos, que pues como casi siempre son los mismos está compacto el paquete de estudio) y decidir si nos insertamos en una lógica amañanada o comenzamos a construir desde nuestros diferentes espacios alternativas inclusivas de género, de edad, de posición económica, política, religiosa...

Quiero terminar simplemente citando una frase de un amigo, Helio Gallardo, filósofo:

"Producir humanidad desde los más vulnerables es el proyecto planetario radical y urgente".

Saludos desde Costa Rica, Ivannia

CÉSAR CASTILLO GARCÍA dijo...

muy bien pier... me gustaria leer un articulo así de crítico pero sobre el gobierno de alan... algo no tan esperanzado sobre el futuro de trujillo... algo realista, lejos de las fantasías de la clase media comerciante... algo bien crítico sobre la educación, que no le interesa en absoluto al gobierno... y darle con palo a la casta 'religiosa'