Directora del Centro
Educativo Especial Parroquial Santo Toribio de Florencia de Mora:
María Viñas Adrianzén dirige hace siete años un centro gratuito para
niños y jóvenes con retardo mental, autismo, parálisis cerebral, Síndrome de
Down y sordera total o parcial. Es soltera y los segundos domingos de mayo
nadie la felicita. Sin embargo, ha traído más vidas a este mundo que cualquier
madre que recibe rosas y tarjetas. Ella es la “madre” de sus 150 alumnos.
–¿Cuánto tiempo llevas trabajando con niños especiales?
–Yo primero fui maestra de
educación inicial y después de siete años pasé al área especial porque pensé
que aquí debía estar. Era directora del jardín regular 1578 y renuncié para
trabajar como profesora en el Santo Toribio de Florencia de Mora. Eso ocurrió
hace 20 años.
–¿Qué es lo más impactante que has visto o escuchado todo en este
tiempo?
–Ufff, hay muchas historias. Cada
caso es una historia. A veces me dicen: ‘señora, le regalo a mi hijo porque no
puedo tenerlo’. Una vez, la madre de una alumna con Síndrome de Down quedó
embarazada nuevamente y me dijo que iba a abortar para no tener otra hija
igual. Yo le respondí: ¡Pero si su hija es maravillosa! Lo que sucede es que
usted no acaba de aceptarla. Al final, la señora aceptó tener a su hija y que
su otra pequeña continúe estudiando.
–¿Tu mayor satisfacción?
–Haber encontrado mi verdadero
camino. Tener en claro que esta es mi vida.
Yo creo que uno debe estar donde hace falta. Yo aquí soy feliz, solo que no
me alcanza el tiempo.
–Imagino que la enseñanza en Santo Toribio no solo es para los niños,
sino también para los padres…
–En efecto, nuestro compromiso no
solo es instructivo, sino integral. Acá luchamos para que los padres respeten a
sus hijos y la sociedad acepte la diversidad. Lo último que quiero es que ellos
den lástima. Acá los preparamos para la vida, los tratamos como seres humanos
dignos que son, y queremos que sean autónomos, productivos y felices.
–Es duro aceptarlo, pero la situación de las personas con discapacidad
en Trujillo es terrible.
–Así es. En La Libertad existen
unas 250 mil personas registradas con discapacidad, pero solo el 12% asiste a
centros de educación especial. Pero hay muchos otros escondidos, que son la mayoría,
considerados niños invisibles, pues sus familias se avergüenzan de ellos y los
dejan en casa tras rejas, cerrojos y candados.
–Si eso ocurre en la costa, en la sierra debe ser mucho peor.
–En la sierra no se está haciendo
nada y eso no es justo. Encontramos a muchos niños desprovistos de lo
elemental, que es el respeto. Son personas maravillosas que sufren la no
aceptación, el fácilmente decir si quiero lo mando al colegio, si no quiero,
no.
–¿Si tuvieras al presidente Humala frente a ti, qué le pedirías?
–Que luche por la igualdad de
oportunidades para todos los que formamos la familia peruana.
–¿Y qué le pedirías para el colegio Santo Toribio?
–Bueno, aquí en Florencia de Mora
necesitamos crear una residencia alternativa para niños abandonados con
discapacidad y para los que se quedan solos en casa cuando sus padres salen a
trabajar. Tenemos 110 alumnos en espera, pero el colegio ya no tiene capacidad
para atenderlos. Tendríamos que quitar las áreas verdes para construir aulas y
eso afectaría la enseñanza. Es por eso que es urgente la construcción de una
casa temporal.
–La ley estipula que los niños con retardo mental leve y moderado deben
estar incluidos en la escuela regular. Eso implica que los maestros deben
adaptar sus currículos. ¿Se está cumpliendo eso?
–Muy poco. En el ámbito nacional las
cifras están en aumento, pero en La Libertad el número es muy bajo. Casi nada.
–Hay mucho por hacer…
–Yo quisiera llegar a todos los
niños especiales. Prepararlos para que cuando cumplan 20 años y salgan del
colegio puedan defenderse en la vida, puedan trabajar, puedan ser felices, y que
no regresionen.
DATOS
- El colegio Santo Toribio, de acción conjunta entre el
Estado y la Iglesia Católica, fue fundado hace 27 años por la Misión Irlandesa.
-
El centro es gratuito y atiende a niños y jóvenes hasta
los 20 años. Los chicos no so
- Al no cobrar mensualidad, el plantel subsiste gracias a donaciones y venta de algunos productos.